CALACALÍ, TIERRA DE COSTUMBRES COLONIALES.

Calacalí, tierra de costumbres coloniales

En la tierra del noroccidente de la provincia de Pichincha, las costumbres  desaparecen rápidamente, comenta Jorge Morales (Guía turístico del Museo de Carlota Jaramillo). Mientras expone la vida y recuerdos de la Reina de la Canción Cacional (Carlota Jaramillo), añade vivencias de su pueblo natal.

Jorge Morales Morales, guía turístico y encargado del Museo de la Casa de Carlota Jaramillo.

Empieza contando las costumbres perdidas como el "Animero", que es una persona que iba a la cruz del cementerio de Calacalí, "todas las medias noches en el día de los difuntos, éste invocaba con el sonido de las campanas y sus gritos la companía de las almas del purgatorio para rezar los padres nuestros".

Añade con gran nostalgia la costumbre del intercambio (Trueque), “nosotros realizábamos trueque de granos con los habitantes de Nayón" debido que para ellos Calacali era un paso obligado hacia el noroccidente donde intercambiaban la mayoría de sus productos.

Otra costumbre perdida es el "Pito de Carrizo", un policía junto a su teniente se ubican en una esquina, al pitar los habitantes del sector salen con sus instrumentos de limpieza y asean la acera de su casa; la costumbre del Pito de Carrizo se realizaba a una hora fija siempre, por lo cual la costumbre quedó y por eso Calacali se caracteriza por ser una población aseada.

“Las costumbres que se mantienen son muy pocas” añade el guía turístico. Con gran esfuerzo señala las siguientes costumbres que todavía se realiza en Calacali: dentro de la agricultura todavía existe las yuntas de bueyes (ganado que realiza los surcos), Chaguarmishque (bebida alcohólica que con un buen destilamiento se produce el tequila) y finalmente el pastoreo de ovejas.